Reforma Curricular en Educación Tecnológica la hará una empresa

Reforma Curricular en Educación Tecnológica la hará una empresa

El gobierno abrirá este 2 de febrero las propuestas de reforma curricular del área de educación tecnológica que hará una empresa de especialistas. No el equipo técnico de gestión; no los institutos 13 y 14 o carreras tecnológicas de superior.

En el pliego licitatorio, miren qué curioso, definen cómo debe estar integrado el equipo de trabajo de “la consultora/empresa”: ¿Deben al menos haber participado del sistema educativo en el que van a intervenir? No, no existe tal requisito. Es un equipo de “especialistas”.

¿Qué tiene de grave, además de la reminiscencia del mayor fracaso de la educación argentina? Que este hecho tristemente viene a constatar lo que siempre advertimos: que este gobierno venía sin plan. O no saben lo que quieren/deben hacer. O lo que es peor: no les importa.

Cualquiera de las dos hipótesis se sustenta en que en plena emergencia por la pandemia, que detonó al sistema educativo, desde la Legislatura aprobamos un millonario presupuesto para llevar adelante un plan de conectividad para el que exigimos detalles de su implementación.

Tres años después recién llega esta licitación: para un proyecto medular que se ejecutará, con viento a favor, en la cuenta regresiva de la gestión perottista, y le será impuesta al nuevo gobierno, ya que está prevista por 18 meses.

No solo eso: una tercerización de la política educativa, propia de las prácticas neoliberales más rancias, que supedita la participación docente a una consulta por formularios electrónicos (gracias por participar) y nula implicación estudiantil. Familias, ni hablar.

No quiero focalizar en el presupuesto de 160 millones para introducir una reforma que, ya lo sabemos, no se producirá genuinamente desde afuera. Pero sí preguntar: ¿Si no saben hacerlo, por qué no convocan a las universidades santafesinas, que trayectoria tienen de sobra?

Y, una vez más, con la intención de borrar la experiencia ya construida de manera colectiva con la comunidad educativa, prefieren referenciar bibliografía de los 90, no situada en la realidad latinoamericana, a reconocer los antecedentes del Vuelvo a Estudiar Virtual, la alfabetización digital y audiovisual, ¡las reformas curriculares de educación superior y secundaria!, los proyectos institucionales de tantas escuelas que llevaron adelante formación y prácticas innovadoras.

En síntesis, esta licitación llave en mano para la reforma curricular educativa, a manos de especialistas externos, que excluye la genuina participación de la comunidad educativasabemos de dónde viene, y lo que es peor: sabemos a dónde va.